El territorio de Guanacaste comprende la mayor parte del antiguo Partido de Nicoya, el cual se anexó al país el 25 de julio de 1824. Su relieve combina las cimas volcánicas de la cordillera de Guanacaste con amplias llanuras que se abren hacia el Pacífico. Los principales accidentes geográficos son la península de Santa Elena al noroeste, la península de Nicoya al sureste, que es la más grande del país y engloba al golfo de Nicoya. Al centro se encuentra la depresión tectónica del valle del Tempisque. Posee grandes extensiones de llanura, lo que la convierte en tierra propicia para la cría de ganado y cultivo de granos, es especial las formadas por el valle del río Tempisque, razón por la cual la provincia recibe el sobrenombre de «la pampa» y también «la bajura». Guanacaste es famosa por sus paisajes, sus playas que bordean el litoral del océano Pacífico, y un clima mucho más soleado y seco que en el resto del país, lo que la convierte en uno de los polos turísticos principales de Costa Rica.
Guanacaste es cuna de muchos aspectos del folclor de Costa Rica, tales como la música, instrumentos como la marimba y el quijongo, danzas tradicionales como el punto guanacasteco, la gastronomía derivada del maíz y del ganado, y la cultura propia de la vida de la hacienda y el campo.
Guanacaste es considerado el destino turístico por excelencia de Costa Rica. La provincia cuenta con atractivos diversos que incluyen playa, montaña, ríos, lagos y bosques, los cuales han sido destacados en muchas ocasiones por revistas, sitios web, anuncios publicitarios y programas de televisión tanto nacionales como internacionales. El turismo nacional y extranjero se ve atraído por la oportunidad de realizar actividades que invitan a relajarse, olvidar el estrés y disfrutar, así como practicar deportes acuáticos, deportes extremos, caminatas y observación de la biodiversidad.